4 formas en que el avance de la tecnología fomenta la eficiencia y el crecimiento del empleo

Los emprendedores tienen un número casi ilimitado de responsabilidades, desde la presentación a los inversores hasta el perfeccionamiento de los productos y la realización de pruebas de mercado. Algunas personas añadirían también la creación de empleo a esa lista. Aunque los emprendedores contratan empleados para sus empresas, la creación de empleo nunca es el objetivo final.

Por eso el auge de las startups de Silicon Valley no ha eliminado el desempleo. Las empresas de alta tecnología, en particular, prosperan con la innovación y la automatización. No les interesa saber cuántas personas pueden contratar; quieren conocer la forma más eficiente y rentable de producir bienes y servicios.

Esta dicotomía plantea la pregunta: ¿Los empresarios crean realmente puestos de trabajo? En todos mis años de enseñanza de la teoría económica, he aprendido que la respuesta es más complicada de lo que mucha gente cree.

Para entender la paradoja de la creación de empleo, debemos examinar la teoría de la destrucción creativa de Joseph Schumpeter. Con el tiempo, las pérdidas sufridas en las industrias obsoletas se convierten en ganancias económicas a largo plazo. Este valor que crean los empresarios conduce a mayores oportunidades de innovación.

De los muchos beneficios que proporciona la innovación empresarial, hay algunos que destacan como verdaderas fuerzas para el bien económico:

Menores costes.

Utilizar menos recursos para un rendimiento igual o mayor es siempre el objetivo de las empresas. Las empresas se esfuerzan por mantener los costes bajos al tiempo que ofrecen productos y servicios de alta calidad. Así es como compiten y generan suficientes beneficios para mejorar continuamente sus ofertas.

Las empresas pueden crear nuevos puestos de trabajo en distintos momentos del proceso, pero eso no es un fin en sí mismo. Las empresas no contratan al mayor número posible de personas sólo por el hecho de dar empleo. Al final, pensar en las startups como vehículos de creación de empleo se contradice con el buen sentido empresarial.

Aumento de la producción.

La innovación tecnológica permite a las empresas reducir los residuos y aumentar la producción sin añadir recursos. La producción en masa en línea de montaje parece burda e ineficiente para nuestra sensibilidad moderna, pero fue revolucionaria para la industria de la época. El método de la cadena de montaje permitía reducir el tiempo y los costes de mano de obra por artículo, aumentando la productividad general.

El mismo principio se aplica hoy al trabajo a distancia. Las empresas que permiten a sus empleados trabajar donde quieran atraen a un mayor número de candidatos cualificados. Pueden contratar a personas de diferentes países y acomodar a los candidatos que pueden necesitar estar en casa debido a obligaciones personales. Todos estos factores mejoran la capacidad de producción de la empresa, lo que conduce a precios más bajos y a un mayor alcance de los consumidores utilizando la misma cantidad de recursos.

Cambio en el consumo.

Los teléfonos inteligentes no han cambiado la forma de hablar por teléfono, pero han creado una movilidad sin precedentes. Los consumidores dependen ahora de sus teléfonos para hacer planes con amigos, pagar facturas, mantener sus horarios, encontrar entretenimiento, navegar e incluso evitar encuentros sociales incómodos.

Las startups innovadoras cambian el comportamiento de los consumidores al presentar nuevas y mejores formas de resolver problemas. A medida que los emprendedores cambian el mercado y el panorama tecnológico a través de productos y servicios, el propio mundo en el que los consumidores trabajan e interactúan sigue su ejemplo, dando lugar a más productos y servicios en una cadena continua de evolución.

Cambio de empleo.

Al igual que la invención de la maquinaria impulsó el paso de la sociedad agraria a la industrializada, lo mismo ocurre con la invención de la robótica y las tecnologías de la comunicación.

Estos cambios son sobre todo una zanahoria, no un palo. La industrialización no obligó a los agricultores a emigrar a las zonas urbanas; se trataba de crear valor. Los agricultores luchaban por sobrevivir y la maquinaria les ayudó a aumentar la producción de alimentos. Muchas personas que antes trabajaban en el campo optaron por trabajos mejor pagados en las fábricas y por un nivel de vida más alto en las ciudades.

Lo mismo ocurre en nuestra época moderna. Oportunidades que no existían o que estaban fuera de nuestro alcance se han convertido ahora en fruta al alcance de la mano. Pero estos nuevos empleos no siempre aparecen en el sector innovador. Silicon Valley no contrata a todos los que se quedan sin trabajo una vez que las startups trastornan sus industrias anticuadas. Pero las empresas tecnológicas proporcionan los medios para el crecimiento del empleo en otras áreas.

Así que la pregunta sigue siendo: ¿Los emprendedores crean puestos de trabajo? Sí y no. Sustituyen a las empresas ineficientes que dependen del trabajo humano. Al hacerlo, liberan recursos y oportunidades para otros empresarios. La innovación beneficia a todos los rincones del mercado laboral, pero no siempre al mismo tiempo.

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